Compartir una manta Poner los pies juntos, leer, jugar, mirar Hacer deberes en el sofá, hacer la siesta amontonados. No poner la calefacción. Por la mañana encender un rato una estufa, vestirse, para empezar a pensar en volver bajo la manta Pasar frío Pasar calor
Iniciar el curso de una vida nueva. Y buscar, ver un poco más allá, jugar. Y no saber que la ciudad te arrastra. Y no saber mil cosas. Alrededor de un verso.
La playa más larga son todas las playas seguidas, todas las que has pisado mirando adelante, la admiración ante muchos silencios, las mareas, la sal que te has llevado en la piel
Nos acompaña, mientras miramos para atrás, la tierra que nos vió crecer, la misma que deja crecer la vid. Tierra en las manos, que acogen siempre y enseñaron la verdad que solo el Maestro conoce.
Siempre cerca de aquellas miradas limpias Siempre con las manos llenas y la bolsa vacía Con el norte de cada cual en la espalda Siempre se viaja al sur.